TRADICIÓN Y FAMILIA
Estirpe de Volcán
Su estatura colosal alcanza los 3.718 metros sobre el Atlántico. Los antiguos romanos le llamaron Nivaria por las nieves que cubren su cima en invierno. Durante la era pre-hispánica el Teide fue la montaña sagrada, el Olimpo de los dioses guanches.
Tradición Vitivinícola
En la isla de Tenerife, el volcán Teide, el mar y los viñedos son siempre los vecinos más próximos. La tradición vitivinícola comienza en el siglo XV, cuando portugueses y castellanos trajeron las mejores cepas procedentes de la isla de Creta y del continente europeo. El portugués Fernando de Castro plantó las primeras viñas en 1497.
En el siglo XVI los vinos canarios comienzan a ser exportados a Madeira en 1515, a Jerez en 1517. Y a Inglaterra en 1519 como producto de lujo en el aristocrático Londres Isabelino.
Canary Sack
Shakespeare los menciona en algunas de sus obras: “But i’faith you have drunk too much Canaries; and that’s a marvellous searching wine, and it perfumes the blood ere one can say ‘Wat’s this? (Henry IV)
El “Canary Sack”, así nombrado por los ingleses, alcanzó su máxima popularidad en el siglo XVII europeo.
ESTIRPE DE VOLCÁN
Vino de Tres Generaciones
En los comienzos fue Don Casiano, nuestro abuelo paterno. Sus manos laboriosas iniciaron una saga familiar que ya cuenta con tres generaciones.
En los albores del siglo pasado, Don Casiano García comenzó a producir su propio vino en las altas y escarpadas cuestas de Aguamansa, Valle de La Orotava, a la vista del Teide y los azules del Atlántico.
La historia de
Finca La Habanera
Nuestro padre Don Américo García Núñez había crecido entre barricas. Su instinto emprendedor lo llevó a enriquecer el legado paterno. En 1975, con 29 años, adquirió un viejo viñedo en las tierras más altas del Valle de La Orotava. Y resultó que Don Manuel Díaz, nuestro abuelo materno y antiguo viticultor, le corroboró la condición centenaria de aquellos viñedos. Y así nació nuestra Finca La Habanera.
La visión de nuestro padre se centró en recuperar y ampliar la técnica del cordón trenzado, una herencia cultural legada por los viticultores portugueses.
Este viñedo de altura y viticultura heroica hunde sus raíces en tierras volcánicas. Acariciadas por los Vientos Alisios son el corazón de las Bodegas Arautava. Es el grand cru que seguiremos cultivando con paciente devoción, para ayudarle a expresar su don más generoso: la plenitud fragante de estos vinos de montaña nacidos en familia.
VARIEDADES CANARIAS
Renace el Albillo
Tras veinte años dedicados a la recuperación de los centenarios cordones trenzados en la Finca La Habanera, don Américo dio otro paso importante. Con su ya larga experiencia, decidió sembrar en tierras de mayor altitud. Y tras experimentar con diferentes varietales canarios, descubrió que el Albillo Criollo se comportaba excepcionalmente bien en las cotas cercanas a los 700 metros de La Habanera.